Tradicionalmente el aprendizaje ha estado ligado a los
libros, apuntes y publicaciones impresas, pero las nuevas tecnologías permiten,
tanto a los estudiantes como profesores, desarrollar un nuevo tipo de enseñanza
virtual que permite aprender sin una asistencia presencial ni altos costes en
material. Queremos aclarar que el siglo
XX - XXI se ha caracterizado no sólo por
los cambios sino por la velocidad de los mismos. Se ven inmerso en procesos complejos y transformaciones
sociales, culturales, políticas y económicas. En cierto sentido, estos cambios
son responsables y, al mismo tiempo,
consecuencias de lo que podríamos llamar "la cuestión educativa".
Esto es, la educación convertida en objeto de discusión, revisión y crítica constante. En segundo lugar, trataremos de delinear los
rasgos que pensamos deberán caracterizar
a la educación que proponemos como
desafío para el siglo XXI.
Ahora bien, de la
diversidad de procesos que
caracterizan y hacen tan complejo
“nuestro mundo” nos interesa destacar la
democratización, la globalización y, aunque parezca contradictorio, la
desigualdad.
Y esto no es sólo cuestión de tener maestros instruidos, que
conozcan realmente la materia que enseñan, sino también de maestros capaces de
transmitir con su ejemplo los valores esenciales del esfuerzo y la
responsabilidad individual, que son esenciales para formar personas que puedan
desarrollar una vida fructífera. Invertir en educación requiere poner a los
mejores a enseñar, no que la profesión docente sea el destino de los que no
consiguen otra cosa.